Excursión al bosque petrificado de Puyango y a los petroglifos de Yamana (Día 2)
El segundo día lo destinamos a visitar los petroglifos de Yamana y la ciudad de Catacocha.
Yamana es un pequeño pueblo situado al suroeste de Catacocha (en el cantón de Paltas) al que se llega por una pista de tierra y que consta de una calle principal (por la que se llega) y algunas calles laterales. Las infraestructuras turísticas son muy pobres, cosa que hace que visitar los petroglifos sea un poco difícil aunque también hace la búsqueda de los mismos más interesante.
Antes de llegar al pueblo pasamos al lado de un edifico blanco que nos habían dicho que era el museo, pero la verdad es que estaba totalmente abandonado y solo servia de refugio a algunas gallinas de la zona.
En la calle principal esta la oficina de turismo, marcada por un letrero de madera que nos enumera los distintos atractivos turísticos. Por lo que parece hubo algo de financiación para promover la visita tanto de los petroglifos, como del bosque y de la cascada de las mariposas, aunque parece que esto terminó con los carteles indicativos y algunas pequeñas obras alrededor de los petroglifos, quedando aún mucho por hacer (por ejemplo los lugareños nos dijeron que actualmente era imposible llegar a la cascada de las mariposas ya que el sendero se encontraba invadido por la maleza).
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Vista de la calle principal de Yamana |
En la caseta de información nos informaron de como llegar a los tres principales lugares con petroglifos: El que hay en el mismo pueblo de Yamana y dos de cercanos, llamados "La Rinconada" y "Barrial Blanco".
El primer sitio al que fuimos es a los
petroglifos de Yamana, que se encuentran dentro de una pequeña finca que esta vallada. Así que el primer paso fue encontrar quien tenia la llave, cosa que no fue fácil. Tuvimos que esperar una media hora hasta que la chica de la oficina de turismo ubicó la llave en una casa vecina al vallado de los petroglifos. Así que nos dirigimos al sitio y localizamos al señor, que amablemente nos abrió la puerta de la valla.
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Finca donde están los petroglifos de Yamana |
En el interior hay una gran roca, de unos 2.1 metros de largo y 1 metro de ancho cuya superficie esta llena de petroglifos. Hace unos años esta roca se hallaba a nivel del suelo y solo se veía esta superficie con los grabados, pero actualmente han desenterrado un poco la roca y se ven varios lados de la misma. El vecino que nos abrió nos contó que los niños de la escuela habían hecho trabajos de limpieza del petroglifo y habían resaltado con un poco de pintura los grabados para que se vieran mejor.
La roca se encuentra en buen estado, así como los grabados, que presentan una profundidad mayor a 5mm. El ancho de las lineas varia entre 1 y 3 cm. El aspecto de los dibujos es bastante sensual y dinámico por el predominio de lineas curvas cerradas y sinuosas. El más notorio de los glifos parece aludir a una figura femenina.
También es digno de destacar que los petroglifos de Yamana son muy parecidos a los petroglifos de "Guarara de Jujal" ubicados a más de 50 km de distancia, en el cantón de Macará, cosa que parece indicar una cierta movilidad cultural de los diferentes grupos.
Aunque en la bibliografía solo he encontrado información sobre la superficie de la roca que siempre ha estado expuesta, también había algunos glifos en la superficie trasera de la roca.
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Petroglifos de Yamana |
Después de visitar los petroglifos de Yamana nos dirigimos hacía los
petroglifos de "La Rinconada", que se encuentran a unos dos kilómetros de los anteriores (lo mejor que pueden hacer para llegar a este sitio es preguntar a la gente de pueblo para que les indiquen el camino).
Al llegar hay una pequeño barranco que sube hasta unas casas. A lo largo de este barranco hay varias rocas dispersas, bastante maltratadas, con petroglifos. Nosotros preguntamos a una señora muy amable que vivía en una de las casas y que nos los enseño, y la verdad es que no creo que los hubiésemos visto sin su ayuda.
Entre los petroglifos de estas rocas del barranco predominan símbolos fálicos, así como representaciones de manos y pies. Una de la rocas muestra un glifo solar y varios trazos rectilíneos.
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Barranco de la Rinconada que sube hacia las casas
y donde hay las rocas con petroglifos |
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Petroglifos de La Rinconada con símbolos fálicos (remarcados con tiza) |
Déjenme aquí hacer un paréntesis en el tema de los petroglifos y centrarme más en las personas. Me duele no recordar el nombre (siempre he sido remalo para recordar los nombres) de la señora que nos mostró y explicó los petroglifos de esta zona. Era una señora ya mayor, amable, y que nos atendió siempre con una sonrisa en la cara, a pesar de vivir en una humilde casa de barro (la que esta encima del barranco). Nos contó que habían sido unos años malos, la sequía de los últimos tiempos había mermado mucho las cosechas así que sobrevivían con lo poco que tenían: algo de maíz, unos cerdos y algunas gallinas. Aún así, cuando antes de marcharnos de "La Rinconada" me fui de nuevo hasta su casa para darle unos dólares por habernos guiado (pensé que cualquier guía turístico nos habría cobrado eso) me dijo que no hacía falta, que lo había hecho solo para ayudarnos.Me emocionó la manera humilde y digna de afrontar la vida que mostraba.
Antes de marcharme le pedí si me dejaba echarle una foto, ya aquí se la dejo, junto con otra de su casa.
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Casa de barro ubicada sobre el barranco de La Rinconada |
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Señora que nos hizo de guía improvisada |
En el corral de la casa de esta señora hay una roca con tres tacines, que son unos agujeros en las rocas que se encuentran en muchas ocasiones junto a los petroglifos. Desde estas casas subimos a través de la ladera hasta un pequeño vallado que contiene dos rocas con petroglifos antropomorfos y una roca con dos tacines más.
Los petroglifos antropomorfos parecen ser un hombre y una mujer. Este ultimo parece ser la representación de un alumbramiento, ya que presenta un cordón entre las piernas y un vientre redondo y abultado. Según la bibliografía consultada en "La Rinconada" también se han encontrado hachas, metales y cerámica.
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Vista del vallado en el medio de la ladera de "La Rinconada" |
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Petroglifo de mujer alumbrando |
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Petroglifo de un hombre |
En cuanto a los tacines les voy a dar un poco de información extra que he encontrado en la bibliografía. Uno de los dos tacines que se encuentran en la parte superior de "La Rinconada" evidenció restos de cuarzo. Es posible que se utilizaran los tacines como morteros experimentando con recursos minerales, como con componentes de la arcilla para mejorar la calidad de estas o minerales para la confección de joyas. Aunque la mayoría de arqueólogos atribuyen los tacines a morteros también los hay que los relacionan con ritos mágicos.
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Tacines próximos a los petroglifos antropomorfos |
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Tacines próximos a los petroglifos dispersos del barranco |
Después de "La Rinconada" nos dirigimos al
"Barrial Blanco" que se encuentra aproximadamente a un kilómetro el este de la rinconada. A nosotros nos costó encontrar exactamente el lugar de los petroglifos y de hecho creo que no los vimos todos.
El lugar se llama barrial blanco porque el suelo volcánico de esta zona es de color blanco, cosa que también les puede ayudar a ubicarse. La zona es muy parecida a "La rinconada", con clima cálido y vegetación escasa y seca.
Los petroglifos de Barrial Blanco están grabados en riolitas, y se pueden ver símbolos fálicos así como algunos círculos. Según la bibliografia también hay representaciones antropomorfas. Todo ello lleva a pensar que estos petroglifos están estrechamente relacionados con los de La Rinconada.
El yacimiento del Barrial Blanco ha sido poco visitado y por lo tanto no ha sufrido mayor efecto por la acción humana. En esta zona se han encontrado restos de tiestos y también hay unos muros de piedra que aparentan cercar la zona. Algunos investigadores definen estas estructuras como "corrales sagrados" y también han sido encontrados en petroglifos como Chekta, en Perú.
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Petroglifos de Barrial Blanco |
A pesar de que se desconoce la fecha exacta en que se realizaron los petroglifos si que tenemos algunas pistas, como por ejemplo el hecho de que a unos cuatro kilómetros al sudoeste de los yacimientos mencionados se halla el valle del río Playas, donde se registraron vestigios de ocupaciones humanas sucesivas que cubren los últimos dos milenios (Guffroy 2004). Por otro lado los "corrales sagrados" se asignan a un periodo pre-inca, y los tiestos encontrados en el "Barrial Blanco" al periodo de integración (que también es pre-inca).
En conclusión, muchos de los restos encontrados en la zona se asignan al periodo de integración, comprendido entre el 500 d.C. y el 1532 d.C y que corresponde a la época anterior a la invasión de los incas. En esta época la zona que visitamos era ocupada por el pueblo de los Paltas. Podría ser pues que los Paltas fueran los responsables de esos petroglifos, aunque también podría ser que los petroglifos fueran anteriores y simplemente los pueblos de esta zona los hubieran utilizado como zonas rituales o sagradas.
Después de la visita de los petroglifos y antes de emprender la vuelta hacía Loja, decidimos pasar por Catacocha, que es la capital del cantón de Paltas. El nombre de Catacocha viene del dialecto Palta donde "Catay" significa "Aquí" y "Cocha" significa "Laguna". Nosotros nos dirigimos a Catacocha para visitar el Shiriculapo o Balcón del Inca, que es un mirador natural formado por una montaña de granito cuya pared occidental desciende de forma vertical unos 150 metros.
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Vista de Catacocha desde el Shiriculapo |
Desde el domo superior de la montaña, que se asemeja a un balcón excavado a la roca, se puede contemplar el sitio de Playas y el Valle de Casanga, los cerros Guanchuro, Pisaca, Cango, Pilapila y todos los paisajes del entorno de Catacocha.
La montaña del Shiriculapo esta coronada por una imagen del Cristo redentor. Esta montaña ha sido desde siempre fuente de historias y leyendas, ya que ha sido el lugar desde donde se han tirado al vacío muchas personas a lo largo de los tiempos, mayormente por motivos de desdicha amorosa.
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Vista del lado oriental del Shiriculapo |
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Vista del lado occidental del Shiriculapo y vistas del valle |
Como curiosidad les cuento lo que he encontrado referente al nombre de "Shiriculapo". Según las leyendas Paltas el Shiro parece que fue una ave mítica que dejaba las huellas hacía atrás para engañar a la gente, o bien un ente semihumano que había habitado esta montaña. También se dice que podría hacer referencia a los shyris, que eran los monarcas quiteños aborígenes, y a pesar de que no estuvieron en estas tierras si que las llegaron a conquistar.